La SEOR destaca que la protonterapia es una técnica que ofrece mejores resultados y produce menos efectos secundarios
Madrid, 21 diciembre 2015
“Hay que conseguir que en España haya al menos una Unidad de Protones, al igual que en los países vecinos de la Unión Europea, y que se ponga en marcha en los próximos años”. Así de rotunda se ha mostrado la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), quien defiende la idoneidad de esta técnica al ofrecer mejores resultados y menores efectos secundarios en los pacientes que se someten a un tratamiento contra el cáncer, siendo especialmente ventajosa en el tratamiento de los tumores pediátricos.
Esta es una petición que la SEOR viene reclamando y que pone de manifiesto una vez más coincidiendo con el Día Nacional del Niño con Cáncer, que se celebra este lunes 21 de diciembre. Desde esta sociedad científica han hecho especial hincapié en la relevancia de contar, al menos, con una bomba de protones porque eso supondría aumentar el porcentaje de supervivencia en Oncología Pediátrica.
En este sentido, cabe destacar el caso del pequeño Ashya King, el niño británico de cinco años que sufría un tumor cerebral, del que ha logrado curarse tras someterse a terapia de haz de protones en el centro clínico Proton Therapy Center (PTC) de Praga. Los padres del menor decidieron acudir a este centro después de rechazar el tratamiento propuesto en el hospital general de Southampton, abandonado el país sin permiso médico y trasladándose a España, donde fueron detenidos por orden judicial del Reino Unido. Tras ser puesto en libertad, acudieron a Praga para que Ashya recibiese ese tratamiento.
El protón es una partícula fundamental que se encuentra en el núcleo del átomo junto con el neutrón y tiene carga positiva. La ventaja física de los protones es que depositan gran parte de su energía en un área circunscrita, donde está ubicado el tumor, (pico de Bragg).
De esta forma, se evita la radiación dispersa (dosis de radiación baja o muy baja a los tejidos sanos) y se consigue reducir significativamente el daño causado al tejido normal. Es más, incluso con una dosis de radiación mayor, el riesgo para el tejido sano es menor. Gracias a la reducción del volumen de tejido sano irradiado, los riesgos de secuelas a medio y largo plazo se minimizan.
“Esto le confiere al protón una precisión exquisita”, han asegurado desde la SEOR, al tiempo que han destacado que la protonterapia, con la que resulta más sencillo aplicar la dosis de radiación más apropiada, promete un mejor control del tumor y menores complicaciones, para una mejor calidad de vida de quienes sobreviven al cáncer.
Los casos en los que los protones tienen su máxima indicación son los tumores próximos a órganos críticos radiosensibles para los que la selectividad de la distribución de la dosis es un criterio mayor. A partir de cierta dosis, la utilización de los protones permite proteger los órganos críticos pese al aumento de la dosis recibida por el tumor.
CAMPO EN DESARROLLO
A nivel mundial, actualmente, hay 39 centros en los que se aplica la protonterapia, a los que habría que sumar otros 17 que se están construyendo en los Países Bajos, Reino Unido, Francia, Rusia, Dinamarca, Polonia, India, Malasia, Japón y China.
Las nuevas unidades de protonterapia instaladas en Estados Unidos y Europa (Suiza, Alemania, Francia, República Checa e Italia), permiten modular el haz de protones. Actualmente, su beneficio no solo se está estudiando en Oncología Pediátrica, sino también en tumores de médula espinal, tronco cerebral, cordomas y condrosarcomas de base de cráneo, próstata, glioblastoma multiforme y cáncer de cabeza y cuello. Es por tanto un campo en desarrollo.