Día Mundial del Tumor Cerebral

SEOR destaca el “papel esencial” que juega la radioterapia en el tratamiento de tumores malignos cerebrales

Los avances en cirugía, oncología radioterápica y quimioterapia permiten duplicar la sobrevida en los gliomas de bajo grado
El tumor cerebral es la primera causa de muerte por cáncer en niños y adolescentes 


Madrid.La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), con motivo del Día Mundial del Tumor Cerebral, ha analizado la situación actual de esta enfermedad, así como el papel que desempeña la radioterapia. En este sentido, el doctor Ismael Herruzo, coordinador del Grupo Neuroncor en SEOR junto al doctor Enrique Martínez, ha afirmado que “los avances en neurocirugía, oncología radioterápica y tratamiento quimioterápico han permitido duplicar la sobrevida en los gliomas de bajo grado, con supervivientes de más de 20 años de seguimiento”. El doctor Javier Aristu, también integrante de este mismo grupo, ha apuntado al “papel esencial” que juega la radioterapia en el tratamiento de tumores cerebrales.

La complejidad del tumor cerebral es una característica fundamental a la hora analizar sus resultados, ya que se trata de un tipo de cáncer muy heterogéneo genéticamente y de gran agresividad clínica en muchos de sus subtipos. El tratamiento prínceps es la recepción quirúrgica, que gracias a los avances en cirugía conduce a una resección segura y amplia. El doctor Herruzo destaca asimismo el “avance en tratamiento radioterápico gracias a la amplia difusión de equipos de última generación, por la donación de la Fundación Amancio Ortega, que ha permitido generalizar el uso de técnicas con radioterapia de intensidad modulada (IMRT).

En lo que respecta a la aparición de nuevas líneas de tratamiento, el doctor también director médico del Hospital Regional de Málaga ha destacado la aparición de nuevas líneas de tratamiento, como la hipertermia, asociada a la radioterapia o a nanopartículas implantadas intratumoral o en el lecho tumoral, en el contexto de la propia intervención quirúrgica, activadas por la hipertermia y la irradiación. Este tratamiento “parece aumentar el control local, aunque pendientes de que los ensayos clínicos lo demuestren”. También a apuntado al uso de radioterapia más campos eléctricos alternos (TTFT), “que también han demostrado aumento del control local en estudios fases II, pendiente de conformarlo en estudios fase III (con un brazo de tratamiento de control).

El tratamiento farmacológico, sin embargo y a juicio del doctor Herruzo, “no ha experimentado cambios importantes”. Así, “la temozolamida sigue siendo el tratamiento prínceps en los gliomas malignos, sin haber aportado avances importantes fármacos como el bevacizumab, anti EGRF, o el nivolumab, que crearon gran expectativa inicial”. Si se ha perfilado mejor el papel del tratamiento con PCV en gliomas de bajo grado y oligodendrogliomas, así como el papel de la temozolamida en estos tumores, actualmente en estudio en ensayos clínicos en desarrollo.

El doctor Aristu, especialista en Oncología Radioterápica de la Clínica Universidad de Navarra, ha analizado la prevalencia del tumor cerebral. Ha indicado que se trata de la primera causa de muerte por cáncer en niños y adolescentes (0-14 años). En la población adulta, por el contrario, solo representan el 2% de los tumores malignos.

Aristu ha abundado en el protagonismo que desempeña la radioterapia en el tratamiento de los tumores primarios malignos cerebrales tanto primarios (en combinación con cirugía) como secundarios como modalidad de tratamiento única (metástasis). Los avances tecnológicos introducidos en la última década permiten en la actualidad realizar tratamientos con alta precisión, rapidez y máxima adaptación de las dosis altas de radioterapia al volumen tumoral.

Por último, desde SEOR han abordado la incidencia que ha tenido la pandemia COVID-19 en el tratamiento de la enfermedad en España. El doctor Aristu ha precisado que, “en la medida de lo posible, en los Servicios de Oncología Radioterápica se ha tratado en el tiempo estimado con radioterapia a estos pacientes con tumores cerebrales agresivos”. Ha concluido que “es probable que haya habido un retraso en el diagnóstico influenciado por el temor de los pacientes a acudir a los hospitales y también por el parón de quirófanos durante la pandemia”.