Dr. Emilio Sánchez Saugar
Especialista de Área
Hospital HM Sanchinarro
Qué es un linfoma? ¿Cuántos tipos hay?
El sistema linfático es uno de los 13 sistemas del cuerpo humano, se encarga de transportar fluidos al torrente sanguíneo y de la defensa del organismo.
La linfa es transportada a través de los vasos linfáticos y filtrada por los ganglios linfáticos que están formados por tejido linfoide, éste a su vez está formado por una gran cantidad de linfocitos que son transportados desde la médula ósea donde se producen.
Los linfocitos se dividen en tres tipos: NK (Natural Killers), linfocitos B y linfocitos T.
Los linfomas son tumores que afectan a los linfocitos y que a menudo se inician en los ganglios linfáticos.
Hay dos tipos de linfomas, el linfoma de Hodgkin que se caracteriza por la presencia de células de Reed-Sternberg y es el más frecuente y los linfomas no Hodgkin que engloban el resto de los linfomas.
¿Cómo se diagnostica un linfoma?
Los síntomas que pueden hacer sospechar la aparición de un linfoma son muy variados, desde la presencia de adenopatías que generalmente se palpan los propios pacientes a la triada clásica del linfoma de Hodgkin compuesta por fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.
La exploración física es el paso inicial para detectar posibles regiones ganglionares afectas seguida de una analítica completa de todas las series y una bioquímica completa con perfil hepático y LDH.
Para la determinación histopatológica del tipo de linfoma es imprescindible una biopsia de los ganglios sospechosos.
Una vez confirmado el diagnóstico se realizará el estudio de extensión mediante un un PET-TC preferentemente y si no disponemos del mismo un TC toracoabdominopélvico y una punción de médula ósea para descartar la afectación de la misma.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado para los linfomas? ¿Tiene cura esta enfermedad?
El tratamiento de los linfomas depende tanto del tipo de linfoma a tratar, Hodgkin o no Hodgkin como del subtipo del mismo y del estadio de la enfermedad.
A grandes rasgos el tratamiento de los linfomas tipo Hodgkin se realiza inicialmente con quimioterapia, utilizando la radioterapia como tratamiento de consolidación de las zonas afectas, aunque en algunos subtipos como el de predominio nodular linfocítico, los estadios iniciales se tratan con radioterapia exclusivamente.
En cuanto a los linfomas no Hodgkin, hay tantos subtipos que es imposible hablar de un tratamiento general, a parte de los tratamientos quimioterápicos y radioterápicos la aparición de nuevos tratamientos como las terapias dirigidas o los inmunomoduladores han revolucionado tanto la forma de tratar como el pronóstico de este tipo de tumores. El trasplante de médula ósea se utiliza como tratamiento de consolidación.
En cuanto al pronóstico de esta enfermedad es muy variable y depende como el tratamiento del tipo, subtipo y estadio. A grandes rasgos los linfomas son tumores que presentan altos porcentajes de curación que en los últimos años han aumentado con la aparición de las nuevas terapias biológicas y la evolución tecnológica experimentada en los tratamientos radioterápicos.
¿Cuál es el papel de la Radioterapia en el tratamiento del cáncer de Linfomas?
La Radioterapia constituye uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de los linfomas, bien como consolidación tras el tratamiento quimioterápico o como tratamiento único en estadios iniciales de los mismos o de los linfomas cutáneos.
No podemos olvidar el papel de la radioterapia en el control de síntomas en pacientes con enfermedad avanzada.
¿Qué factores de riesgo predisponen a padecer un linfoma?
El linfoma de Hodgkin puede ser diagnosticado a cualquier edad, aunque es más común en la edad adulta temprana (15 a 40 años, especialmente en las personas de 20 a 29 años) y tarde en la edad adulta (después de los 55 años).
Las personas que han tenido mononucleosis infecciosa, infección causada por el virus de Epstein-Barr (EBV) y los infectados con VIH tienen un riesgo aumentado de padecer esta enfermedad.
En cuanto a los linfomas no Hodgkin el envejecimiento es un fuerte factor de riesgo, la mayoría de los casos ocurren entre los 60 y 69 años de edad, o mayores. Sin embargo, algunos tipos de linfoma son más comunes en personas más jóvenes.
Pacientes tratados con algunos medicamentos de quimioterapia y/o que hayan recibido radioterapia para tratar otros cánceres tienen un riesgo ligeramente aumentado de padecer linfoma no Hodgkin.
Las personas con deficiencias en los sistemas inmunológico por tratamientos inmunosupresores, por ejemplo en trasplantados, síndromes genéticos o infecciones como el VIH tienen un riesgo aumentado de linfoma no Hodgkin.
Algunas enfermedades autoinmunes, tal como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico (SLE o lupus), enfermedad de Sjogrens, esprúe celíaco (enteropatía por sensibilidad al gluten), entre otras, están asociadas con una tasa aumentada de linfoma no Hodgkin.
¿Se puede prevenir?
En general la prevención de esta enfermedad se basa en un seguimiento estricto de las personas con los factores de riesgo reflejados en el punto anterior
¿Cuáles son los avances que existen en el Tratamiento del Cáncer de Linfoma?
Como se ha comentado anteriormente en los últimos años se ha producido un gran avance tanto en los métodos diagnósticos, el PET-TC es un claro ejemplo de los mismos, como en el tratamiento de muchos tipos de tumores, entre ellos los linfomas.
El avance tecnológico experimentado en los tratamientos radioterápicos, con una mejor definición de las zonas ganglionares a tratar así como las nuevas terapias biológicas y la aparición de nuevos inmunomoduladores han cambiado el desarrollo natural de este tipo de enfermedad, aumentando tanto la supervivencia en muchos tipos de linfomas como mejorando la calidad de vida de los pacientes.