La incidencia del cáncer infantil es bastante inferior a la de los adultos, 142 casos por millón de habitantes al año (de acuerdo a los datos del Registro Nacional de Cáncer Infantil), pero según los expertos es necesario potenciar la investigación básica y concienciar a la sociedad de la importancia que tiene.
A pesar de ser la misma enfermedad en niños –entendiendo por niños aquellos con edades comprendidas entre cero y 15 años- que en adultos, el tipo de tumores que se desarrollan en unos pacientes y en otros es muy diferente; debido, principalmente, a que el cáncer es una enfermedad genética. Tal y como asegura el doctor Jordi Giralt, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Vall de Hebron, “en los menores, el problema surge en los tejidos que se están desarrollando y que sufren alteraciones genéticas específicas, mientras que en los adultos, muchas veces, los tumores están condicionados por las agresiones sufridas por el medio externo. Un buen ejemplo es el daño que provoca el tabaco en el cáncer de pulmón o de laringe”.
Las tasas de curación son muy altas, en torno al 75% de los niños diagnosticados sobreviven. Tal y como explica el especialista, “globalmente sí hay resultados buenos como en la enfermedad de hodgkin que representan un 95% de curación pero en algunos tipos de tumores se está lejos de conseguir un buen índice de supervivencia, como sucede con los tumores de tronco”.