Todos en mayor o menor medida conocemos en líneas generales la historia del descubrimiento de los rayos X por Roentgen en Diciembre de 1895 y su comunicación pública al mes siguiente. Digamos que, pese a que nadie discute el mérito de Roentgen al igual que el hecho de que no patentara el descubrimiento, hay que tener en consideración los trabajos previos de Crookes y Tesla intuyendo la naturaleza de esta nueva forma de energía. Sorprende que en España, casi de forma inmediata, se iniciaron trabajos que condujeron a una pronta aplicación de los rayos X en Medicina. Así, en la Facultad de Medicina de Barcelona, el 24 de Febrero de 1896 se realizó en el anfiteatro anatómico una sesión científica para dar a conocer el descubrimiento. César Comas, estudiante de 5º curso y fotógrafo de la Facultad debido a su afición a la fotografía, con el apoyo del decano, Pr. Giné Partagás y del profesor de física Tomás Escriche, realizó diversas radiografías de objetos. Este último proporcionó el carrete de Rumhkorf para generar la alta tensión y el tubo de Crookes.